Verano, calor, altas temperaturas y coches a la intemperie. Sinónimo de volantes que queman y de asientos incómodos. Estamos hablando, lógicamente, de la peculiar relación entre el verano y nuestro coche. Esa época del año en la que debemos dar un paso adelante en el cuidado de nuestro vehículo para protegerlo de los efectos del calor y también protegernos a nosotros mismos para que la conducción siga siendo una experiencia satisfactoria.

En este artículo vamos a darte una serie de consejos para evitar aquellas situaciones negativas que pueden provocar las temperaturas extremas en nuestros coches mientras están aparcados y nosotros nos damos un baño en la playa. Es momento de tomar precauciones, y con unos simples hábitos podemos marcar una diferencia decisiva.

¿Tienes un coche y lo utilizas para moverte en verano y cumplir con todos tus planes? Lee con atención, porque estas recomendaciones te ayudarán a disfrutar de cada momento y que volver a entrar en tu vehículo no suponga un reto debido al asfixiante calor.

Parasol, un clásico efectivo

El primer consejo que vamos a darte es un clásico, un elemento que vemos en el día a día, incluso en otras estaciones diferentes al verano. Su relevancia viene dada por su alta utilidad y eficacia contra el calor y porque más de una vez nos ha salvado de quemarnos las manos al agarrar el volante después de dejar nuestro coche expuesto al sol durante varias horas. Hablamos, cómo no, de los parasoles.

Destacan por su facilidad de uso y por su efectividad a la hora de proteger nuestro coche del calor. Además, es un utensilio muy versátil, puesto que podemos encontrarlos con un tamaño adecuado para la luna delantera, para la trasera e incluso para las ventanillas laterales. Colocar parasoles en todas las ubicaciones supondrá una diferencia clave y fundamental cuando volvamos a entrar al coche, puesto que nos ayudará a que la temperatura no sea tan alta y podamos reanudar la marcha cuanto antes.

Una funda para largas estancias

¿Tal vez te has ido de vacaciones y tu vehículo va a estar varios días a la intemperie? En ese caso, debes pensar en la salud de la carrocería. Para no dejarla expuesta a los efectos negativos del calor, la mejor opción es contar con una funda para cubrirlo durante el periodo de letargo. Nuestro coche nos lo agredecerá, sobre todo desde el aspecto estético porque, de esta forma, prevendremos que aparezcan manchas sobre la superficie o incluso pérdidas de color en algunas áreas.

Es más, incluso te recomendamos que, aunque coloques una funda, pongas también los parasoles en el interior. Esto multiplicará todavía más la protección del coche contra el calor puesto que, en ocasiones, las fundas no son 100% opacas y dejan pasar algo de luz. Por último, si es posible, deja las ventanillas ligeramente bajadas para permitir que haya una ligera ventilación y el material de los asientos o el salpicadero no sufra.

Lava tu coche a menudo

Cuando hablamos de lavar el coche, lógicamente, se trata de una tarea que se ha de llevar a cabo con cierta frecuencia por simples motivos de higiene. Sin embargo, durante el verano, cobra mayor protagonismo porque puede ser una ayuda muy importante para cuidar nuestro querido vehículo. Como venimos comentado durante todo el artículo, en las épocas de mayor calor nuestro coche suele estar expuesto a las altas temperaturas durante largos periodos, algo que puede perjudicar seriamente su carrocería.

¿Qué podemos hacer para luchar contra ello? Lavar el coche para bajar la temperatura de la misma y evitar esos efectos perniciosos. Pero, ¿basta con lavarlo? No, porque debemos tener en cuenta el momento en el que lo hacemos. Pongámonos en situación: son las 14:00 de la tarde y nuestro coche ha estado al sol desde las 9:00 de la mañana, por tanto, su temperatura será extremadamente alta. Si lavamos el coche directamente en ese momento, la diferencia térmica entre la superficie y el agua será muy alta, algo que no es precisamente positivo para su cuidado.

Por ello, lo mejor es realizar el lavado en el último tramo de la tarde o, si es posible, de noche. De esta forma, el coche no absorberá el agua con tanta rapidez, la limpieza será más efectiva y reduciremos la temperatura de forma más paulatina y eficaz.

Abre las ventanillas antes de arrancar

Este consejo puede parecer una obviedad, pero lo cierto es que, en ocasiones, con las prisas, no reparamos en ello y sufrimos más de la cuenta con el calor interior de nuestro coche. Por este motivo, es importante que sigamos esta recomendación también por motivos de salud. Si el interior del vehículo presenta mucho calor, abre las ventanillas del coche durante dos o tres minutos antes de arrancar. Gracias a ello, igualaremos la temperatura interior y exterior para que entrar al interior no nos suponga un infierno particular.

Hasta aquí llega nuestra serie de consejos para que el calor no suponga una amenaza para nuestro coche y nuestra salud. El verano es momento de disfrutar, de sentir el verdadero significado de la palabra libertad, pero también de estar atentos y de tener en cuenta aquellos pequeños hábitos y gestos que nos ayudarán a disfrutar de esta bonita época del año.

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