Trucos y mitos de limpieza que debemos evitar en nuestro coche

En Grupo Serrano Automoción, como expertos en el sector, hemos escuchado todo tipo de trucos y consejos sobre cómo mantener limpio un coche. Sin embargo, no todos estos métodos populares son efectivos, y algunos incluso pueden dañar nuestro vehículo a largo plazo.

Cuidar de nuestro coche es esencial, no sólo por estética, sino también para preservar su valor y mantenerlo en buen estado durante más tiempo. Hoy queremos hablar sobre algunos de los mitos de limpieza más comunes que circulan y que debemos evitar a toda costa. Porque sí, una mala limpieza puede hacer más daño que bien.

  1. Lavar el coche con jabón lavavajillas: un error común

Uno de los mitos más extendidos es que lavar el coche con jabón de platos es una buena opción porque elimina la grasa. Es cierto que el jabón de platos tiene una gran capacidad desengrasante, pero no está diseñado para ser utilizado en la pintura del coche. Aunque pueda parecer una solución fácil y económica, lo cierto es que este tipo de jabón es demasiado agresivo para la carrocería.

El jabón de platos está pensado para cortar grasas fuertes, como las que se encuentran en los utensilios de cocina, y al aplicarlo en nuestro coche, lo que realmente hace es eliminar las capas protectoras de cera y otros recubrimientos que cuidan la pintura. Utilicemos un jabón específico para coches que esté formulado para limpiar sin dañar la pintura ni eliminar las capas protectoras.

  1. Agua caliente para derretir el hielo del parabrisas: un peligro real

Otro mito común, especialmente en climas fríos, es la idea de usar agua caliente para quitar el hielo del parabrisas. Puede parecer una solución rápida, pero en realidad es una de las peores cosas que podemos hacer. ¿Por qué? Porque el cambio brusco de temperatura puede provocar que el vidrio se agriete o, en el peor de los casos, se rompa. El cristal del parabrisas está diseñado para soportar golpes y vibraciones, pero los cambios extremos de temperatura lo ponen bajo una presión innecesaria.

Lo mejor es utilizar un raspador de hielo o un des congelador específico para parabrisas. Si vivimos en una zona donde el hielo es un problema frecuente, también podemos optar por cubrir el parabrisas con una lona o un protector durante la noche para evitar que se forme hielo.

  1. Usar cera de muebles en el salpicadero: una solución inadecuada

Algunas personas creen que usar cera para muebles en el interior del coche, especialmente en el salpicadero, es una buena idea porque deja un acabado brillante. Sin embargo, aunque puede que inicialmente parezca que el tablero queda perfecto, esta práctica puede traer más problemas que beneficios.

La cera de muebles no está diseñada para soportar el calor y la exposición directa al sol que sufre el interior del coche, especialmente en los meses de verano. Con el tiempo, esta cera puede acumular residuos pegajosos, que atraerán más polvo y suciedad. Es conveniente usar productos específicos para limpiar y proteger las superficies interiores del coche. 

  1. Amoniaco en los Cristales: riesgo para el tintado

El amoníaco es otro de esos productos que mucha gente utiliza para limpiar los cristales del coche. Si bien es cierto que puede dejar las ventanas brillantes, si nuestro coche tiene las lunas tintadas, este producto puede desgastar y decolorar el tintado, dejándolo con un aspecto deslucido y poco uniforme.

Además, el amoníaco es un químico fuerte que puede dañar las gomas y los sellos alrededor de las ventanas, reduciendo su durabilidad y protección contra el agua y la humedad. Optemos por limpiadores de cristales sin amoníaco, especialmente si tenemos las lunas tintadas. Estos productos están formulados para limpiar de manera efectiva sin dañar las capas de tinte ni los sellos del vehículo.

  1. Secar el coche al aire libre: cuidado con la pintura

Uno de los mitos más extendidos es que dejar que el coche se seque al aire es suficiente después de lavarlo. Puede parecer cómodo y económico, pero esto puede dejar marcas de agua en la pintura y los cristales, especialmente si el agua tiene un alto contenido de minerales. Con el tiempo, esas marcas pueden volverse permanentes y requerir pulido para eliminarlas.

Además, secar el coche al aire libre permite que la suciedad y el polvo se adhieran a la superficie del coche mientras aún está húmedo, lo que puede hacer que el esfuerzo de lavado sea en vano. Después de lavar el coche, lo ideal es utilizar una toalla de microfibra o un paño suave para secar completamente la superficie.

En definitiva, aunque algunos de estos trucos y mitos de limpieza parecen soluciones rápidas y económicas, en realidad pueden hacer más daño que bien a nuestro coche. Cuando se trata de cuidar un vehículo, lo más importante es utilizar productos y métodos diseñados específicamente para automóviles. De esta forma, no sólo mantendremos nuestro coche limpio, sino que también lo protegeremos y conservaremos en el mejor estado posible durante más tiempo.

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